martes, 24 de junio de 2008

A LOS CORRESPONSALES


A LOS CORRESPONSALES

Hoy he leído otra respuesta llena de ira que el Teniente Coronel Hugo Chávez dio a un corresponsal extranjero, les ha ido tocando el turno a algunos de ellos en el transcurso de lo que va del año; ayer domingo en su programa Aló Presidente le correspondió a los corresponsales Jhon Sweeney y James Ingham de la BBC de Londres, Inglaterra.
Aprovecho que les ha tocado el turno a los corresponsales ingleses, que representan a una institución famosa por su imparcialidad y paradigma de la libertad de expresión como es la BBC, para preguntarles a James y Jhon, ¿Qué sintieron, ante semejante respuesta?, ¿Qué se siente al ser expuesto, señalado, por el líder máximo, ante una tele audiencia integrada en su mayoría por gente fanática o extremista?, habrán sentido ¿Miedo?, ¿Intimidación? No pretendo que me respondan estas preguntas, por lo personal que pueden ser, pero de que sintieron, sintieron, a pesar de su famosa flema inglesa estoy seguro que hubo sentimientos en esos 10 minutos, en las reflexiones de ustedes de ayer y de hoy. Realmente lo que deseo es que reflexionen sobre ese pequeño incidente que les sucedió a ustedes, que sus colegas corresponsales logren pensar y colocarse en el sitio que ayer a ustedes les correspondió y a través de ese pequeño hecho, que vean sus sentimientos tal cual son, cuando son expuestos frente a la ira del gobernante entrevistado, piensen lo que sintieron ustedes, a pesar de estar protegidos por un pasaporte y una institución como la que representan, como se dice en criollo a pesar de “estar guapos y apoyados”. ¿Ustedes se imaginan lo que deben sentir nuestros periodistas venezolanos, mancillados, amenazados, traicionados en muchos casos por sus patronos y enfrentados durante casi nueve años en la defensa de nuestra libertad expresión.?
Amigos corresponsales, desde el año 1998 se han levantado voces alertando sobre el populismo, el personalismo y el disfraz democrático que representa el Teniente Coronel, lamentablemente nuestro pueblo se dejó llevar por el encantador de serpientes y votaron por él en esas elecciones, ¡no somos suizos!, otros con candidez apoyaron su candidatura, otros con bajos intereses también lo hicieron.
Lamentablemente para aquellos que alzamos nuestras voces de alerta, la verdad, se hace más evidente ante los ojos de los incrédulos, ante los que creyeron en él, ante aquellos corresponsales que en pro de la imparcialidad se dejaron llevar por falsas impresiones, ahí están las listas de los periodistas venezolanos perseguidos y que injustamente han recibido tan escaso apoyo internacional de su gremio, ahí están los medios silenciados, ahí están los periodistas despedidos de sus empleos, los programas de opinión retirados del aire, para complacer al capataz de la Venezuela del siglo XXI, ahí tienen a RCTV confiscada como cualquier delincuente, ¡perdón! esos andan en sus Hummer, a Globovisión prácticamente sola entre la televisión abierta venezolana de más de 35 canales privados en el aire, ahí tienen los juicios políticos; a los policías Forero, Vivas, Simonovis, a los Generales Usón, Poggioli y la lista pasa del centenar de detenidos sin juicio justo ni sentencia en el transcurrir del tiempo y los que andan huyendo por tener expedientes abiertos.
Como explicar que un país rico, ¡socialista!, ¡igualitario!, después de nueve años de gobierno, se encuentra dividido, hoy en día hay más desigualdades, ahí están los niños de la calle, la pobreza incrementada, el hampa y la corrupción desbordada, la crisis hospitalaria y asistencial que abarrota la clínicas privadas con funcionarios del Estado Socialista.
Señores corresponsales, además de las simples bravuconadas destempladas y risibles del inquilino de Miraflores contra Bush, hay suficientes hechos graves en la Venezuela del siglo XXI para informar a sus países de la realidad que atraviesa la democracia en nuestro país, de la subordinación de todos los poderes al ejecutivo, de la promulgación de la Ley Mordaza, la incautación por parte de Hugo Chávez del espectro radio eléctrico como lo demuestra el constante encadenamiento de todas las televisoras públicas y privadas, mensajes que en sus propios países son inadmisibles de toda sana lógica, de la publicidad avasallante por parte del Estado al servicio de una parcialidad política y del personalismo del Presidente al mejor estilo de los gobiernos militaristas y del fascismo europeo.
Hablando de autoritarismos concluyo este llamado a ustedes, los ojos del mundo en Venezuela, resaltándoles que la historia nos demuestra generalmente que quienes han reído de los chistes simpaticones de los ególatras gobernantes, las risas han sido a costa del dolor y la libertad de un pueblo.
Doroteo Flores
Caracas, 17 de Septiembre de 2007

Nota: A sólo dos meses y medio del referéndum para la nueva Constitución a la medida del Teniente Coronel, el pasado domingo el programa Aló Presidente de ocho horas de duración, fue transmitido por más de 15 televisoras de señal abierta; entre plantas televisivas propiedad del Estado, comunitarias con la subvención oficial, canales privados regionales con la subvención publicitaria del Estado, además de otro centenar de emisoras de radio; el día de hoy lunes a las seis de la tarde que he terminado este artículo ya llevamos en total aproximadamente 6 horas de cadena nacional con motivo del inicio del año escolar, durante una de estas transmisiones, coincidí con un caos de tránsito (Hora 2:10 PM) producto de una marcha fúnebre lenta que hacían unos ocho vehículos aproximadamente de transporte colectivo (busetas), bloqueando la vía a través de la autopista de Este, y algunos carros más portando coronas y en sus vidrios con escrituras en protesta por el asesinato de unos de sus compañeros “Toto” a manos del hampa. Las emisoras de radio que generalmente reportan sobre el tránsito de la ciudad capital fueron impedidas de informar al público por la cadena presidencial, así como otras tampoco pudieron transmitir el hecho noticioso. La verdad, por primera vez no perdí el tiempo en el caos del transito caraqueño.

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